Novena a San Antonio de Padua
| Comienza la novena: | 4 de junio |
| Día festivo: | 13 de junio |
| Nacimiento: | 1195 |
| Muerte: | 1231 |
Puedes orar lleno Novena a San Antonio de Padua debajo.
Oración del Día 1
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración de Introducción
¡Amadísimo Protector mío, San Antonio! Heme aquí, a tus pies, plenamente confiado en tu poderosa intercesión.
Mírame con aquel espíritu de dulce y tierna compasión con que mirabas a los pobres. ¡Pobre soy yo, Santo mío! Me veo lleno de miserias. La vida para mí es una continua lucha.
Pan de felicidad, de alegría, de salud, de paz, de virtud… ¡cuánto me hace falta y cuánto espero tu amorosa protección!
Otórgamela, te lo pido humildemente, para que tu nombre de Taumaturgo sea nuevamente glorificado. Creo en tu poder, espero en tu bondad, amo tu corazón de padre y bendigo a Nuestro Señor, que te hizo grande en la tierra y en el cielo. Amén.
Oración Final
Que alegre Señor a vuestra Iglesia, la devota y humilde oración de vuestro siervo el glorioso San Antonio, para que seamos siempre socorridos en esta vida con los auxilios de la gracia, y merezcamos conseguir después los gozos eternos de la gloria; por Nuestro Señor Jesucristo, que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.
V. Predicador egregio, ruega por nosotros, Antonio beatísimo.
R. Para que por tu intercesión alcancemos los gozos de la vida.
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Oración del Día 2
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración de Introducción
¡Amadísimo Protector mío, San Antonio! Heme aquí, a tus pies, plenamente confiado en tu poderosa intercesión.
Mírame con aquel espíritu de dulce y tierna compasión con que mirabas a los pobres. ¡Pobre soy yo, Santo mío! Me veo lleno de miserias. La vida para mí es una continua lucha.
Pan de felicidad, de alegría, de salud, de paz, de virtud… ¡cuánto me hace falta y cuánto espero tu amorosa protección!
Otórgamela, te lo pido humildemente, para que tu nombre de Taumaturgo sea nuevamente glorificado. Creo en tu poder, espero en tu bondad, amo tu corazón de padre y bendigo a Nuestro Señor, que te hizo grande en la tierra y en el cielo. Amén.
Oración Final
Que alegre Señor a vuestra Iglesia, la devota y humilde oración de vuestro siervo el glorioso San Antonio, para que seamos siempre socorridos en esta vida con los auxilios de la gracia, y merezcamos conseguir después los gozos eternos de la gloria; por Nuestro Señor Jesucristo, que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.
V. Predicador egregio, ruega por nosotros, Antonio beatísimo.
R. Para que por tu intercesión alcancemos los gozos de la vida.
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Oración del Día 3
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración de Introducción
¡Amadísimo Protector mío, San Antonio! Heme aquí, a tus pies, plenamente confiado en tu poderosa intercesión.
Mírame con aquel espíritu de dulce y tierna compasión con que mirabas a los pobres. ¡Pobre soy yo, Santo mío! Me veo lleno de miserias. La vida para mí es una continua lucha.
Pan de felicidad, de alegría, de salud, de paz, de virtud… ¡cuánto me hace falta y cuánto espero tu amorosa protección!
Otórgamela, te lo pido humildemente, para que tu nombre de Taumaturgo sea nuevamente glorificado. Creo en tu poder, espero en tu bondad, amo tu corazón de padre y bendigo a Nuestro Señor, que te hizo grande en la tierra y en el cielo. Amén.
Oración Final
Que alegre Señor a vuestra Iglesia, la devota y humilde oración de vuestro siervo el glorioso San Antonio, para que seamos siempre socorridos en esta vida con los auxilios de la gracia, y merezcamos conseguir después los gozos eternos de la gloria; por Nuestro Señor Jesucristo, que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.
V. Predicador egregio, ruega por nosotros, Antonio beatísimo.
R. Para que por tu intercesión alcancemos los gozos de la vida.
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Oración del Día 4
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración de Introducción
¡Amadísimo Protector mío, San Antonio! Heme aquí, a tus pies, plenamente confiado en tu poderosa intercesión.
Mírame con aquel espíritu de dulce y tierna compasión con que mirabas a los pobres. ¡Pobre soy yo, Santo mío! Me veo lleno de miserias. La vida para mí es una continua lucha.
Pan de felicidad, de alegría, de salud, de paz, de virtud… ¡cuánto me hace falta y cuánto espero tu amorosa protección!
Otórgamela, te lo pido humildemente, para que tu nombre de Taumaturgo sea nuevamente glorificado. Creo en tu poder, espero en tu bondad, amo tu corazón de padre y bendigo a Nuestro Señor, que te hizo grande en la tierra y en el cielo. Amén.
Oración Final
Que alegre Señor a vuestra Iglesia, la devota y humilde oración de vuestro siervo el glorioso San Antonio, para que seamos siempre socorridos en esta vida con los auxilios de la gracia, y merezcamos conseguir después los gozos eternos de la gloria; por Nuestro Señor Jesucristo, que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.
V. Predicador egregio, ruega por nosotros, Antonio beatísimo.
R. Para que por tu intercesión alcancemos los gozos de la vida.
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Oración del Día 5
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración de Introducción
¡Amadísimo Protector mío, San Antonio! Heme aquí, a tus pies, plenamente confiado en tu poderosa intercesión.
Mírame con aquel espíritu de dulce y tierna compasión con que mirabas a los pobres. ¡Pobre soy yo, Santo mío! Me veo lleno de miserias. La vida para mí es una continua lucha.
Pan de felicidad, de alegría, de salud, de paz, de virtud… ¡cuánto me hace falta y cuánto espero tu amorosa protección!
Otórgamela, te lo pido humildemente, para que tu nombre de Taumaturgo sea nuevamente glorificado. Creo en tu poder, espero en tu bondad, amo tu corazón de padre y bendigo a Nuestro Señor, que te hizo grande en la tierra y en el cielo. Amén.
Oración Final
Que alegre Señor a vuestra Iglesia, la devota y humilde oración de vuestro siervo el glorioso San Antonio, para que seamos siempre socorridos en esta vida con los auxilios de la gracia, y merezcamos conseguir después los gozos eternos de la gloria; por Nuestro Señor Jesucristo, que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.
V. Predicador egregio, ruega por nosotros, Antonio beatísimo.
R. Para que por tu intercesión alcancemos los gozos de la vida.
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Oración del Día 6
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración de Introducción
¡Amadísimo Protector mío, San Antonio! Heme aquí, a tus pies, plenamente confiado en tu poderosa intercesión.
Mírame con aquel espíritu de dulce y tierna compasión con que mirabas a los pobres. ¡Pobre soy yo, Santo mío! Me veo lleno de miserias. La vida para mí es una continua lucha.
Pan de felicidad, de alegría, de salud, de paz, de virtud… ¡cuánto me hace falta y cuánto espero tu amorosa protección!
Otórgamela, te lo pido humildemente, para que tu nombre de Taumaturgo sea nuevamente glorificado. Creo en tu poder, espero en tu bondad, amo tu corazón de padre y bendigo a Nuestro Señor, que te hizo grande en la tierra y en el cielo. Amén.
Oración Final
Que alegre Señor a vuestra Iglesia, la devota y humilde oración de vuestro siervo el glorioso San Antonio, para que seamos siempre socorridos en esta vida con los auxilios de la gracia, y merezcamos conseguir después los gozos eternos de la gloria; por Nuestro Señor Jesucristo, que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.
V. Predicador egregio, ruega por nosotros, Antonio beatísimo.
R. Para que por tu intercesión alcancemos los gozos de la vida.
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Oración del Día 7
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración de Introducción
¡Amadísimo Protector mío, San Antonio! Heme aquí, a tus pies, plenamente confiado en tu poderosa intercesión.
Mírame con aquel espíritu de dulce y tierna compasión con que mirabas a los pobres. ¡Pobre soy yo, Santo mío! Me veo lleno de miserias. La vida para mí es una continua lucha.
Pan de felicidad, de alegría, de salud, de paz, de virtud… ¡cuánto me hace falta y cuánto espero tu amorosa protección!
Otórgamela, te lo pido humildemente, para que tu nombre de Taumaturgo sea nuevamente glorificado. Creo en tu poder, espero en tu bondad, amo tu corazón de padre y bendigo a Nuestro Señor, que te hizo grande en la tierra y en el cielo. Amén.
Oración Final
Que alegre Señor a vuestra Iglesia, la devota y humilde oración de vuestro siervo el glorioso San Antonio, para que seamos siempre socorridos en esta vida con los auxilios de la gracia, y merezcamos conseguir después los gozos eternos de la gloria; por Nuestro Señor Jesucristo, que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.
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Oración del Día 8
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración de Introducción
¡Amadísimo Protector mío, San Antonio! Heme aquí, a tus pies, plenamente confiado en tu poderosa intercesión.
Mírame con aquel espíritu de dulce y tierna compasión con que mirabas a los pobres. ¡Pobre soy yo, Santo mío! Me veo lleno de miserias. La vida para mí es una continua lucha.
Pan de felicidad, de alegría, de salud, de paz, de virtud… ¡cuánto me hace falta y cuánto espero tu amorosa protección!
Otórgamela, te lo pido humildemente, para que tu nombre de Taumaturgo sea nuevamente glorificado. Creo en tu poder, espero en tu bondad, amo tu corazón de padre y bendigo a Nuestro Señor, que te hizo grande en la tierra y en el cielo. Amén.
Oración Final
Que alegre Señor a vuestra Iglesia, la devota y humilde oración de vuestro siervo el glorioso San Antonio, para que seamos siempre socorridos en esta vida con los auxilios de la gracia, y merezcamos conseguir después los gozos eternos de la gloria; por Nuestro Señor Jesucristo, que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.
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Oración del Día 9
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración de Introducción
¡Amadísimo Protector mío, San Antonio! Heme aquí, a tus pies, plenamente confiado en tu poderosa intercesión.
Mírame con aquel espíritu de dulce y tierna compasión con que mirabas a los pobres. ¡Pobre soy yo, Santo mío! Me veo lleno de miserias. La vida para mí es una continua lucha.
Pan de felicidad, de alegría, de salud, de paz, de virtud… ¡cuánto me hace falta y cuánto espero tu amorosa protección!
Otórgamela, te lo pido humildemente, para que tu nombre de Taumaturgo sea nuevamente glorificado. Creo en tu poder, espero en tu bondad, amo tu corazón de padre y bendigo a Nuestro Señor, que te hizo grande en la tierra y en el cielo. Amén.
Oración Final
Que alegre Señor a vuestra Iglesia, la devota y humilde oración de vuestro siervo el glorioso San Antonio, para que seamos siempre socorridos en esta vida con los auxilios de la gracia, y merezcamos conseguir después los gozos eternos de la gloria; por Nuestro Señor Jesucristo, que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.
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Más sobre San Antonio
¿Qué hizo San Antonio?
San Antonio de Padua nació como Fernando Martins de Bulhões en Lisboa, Portugal.
Su familia era adinerada, pero también fiel, y recibió estudios en la escuela Catedral de su localidad.
Su Primera Comunidad Religiosa
Ingresó en los Canónigos Regulares de la Orden de la Santa Cruz con apenas quince años. Pero debido a las distracciones de las frecuentes visitas de familiares, pidió que lo trasladaran a Coimbra, donde se encontraba la casa matriz de la congregación.
Fue ordenado sacerdote, pero poco después una nueva comunidad religiosa, los Franciscanos, instaló una ermita cerca de Coimbra y, atraído por su carisma, creyó que estaba llamado a unirse a ellos.
Sus superiores estuvieron de acuerdo, y fue entonces cuando cambió su nombre a Antonio.
Antonio como Franciscano
Antonio comenzó a viajar para evangelizar, pero se enfermó, y tras varias aventuras llegó a la Toscana, Italia, donde vivió en la ermita de San Paolo, creciendo en oración y sabiduría.
Algún tiempo después, en 1222, en Forli, Italia, algunos frailes dominicos llegaron al pueblo de visita, pero no se sabía quién debía predicar la homilía para una ordenación.
Sus hermanos Franciscanos preguntaron a Antonio si estaba dispuesto a dar la homilía, de la manera que el Espíritu Santo le indicara.
La poderosa homilía de Antonio sorprendió y agradó tanto a los Dominicos como a los Franciscanos. Su elocuencia llegó incluso a oídos de Francisco de Asís, y los dos se conocieron, convirtiéndose rápidamente en amigos.
Dos años más tarde, San Francisco nombró a Antonio director de estudios para todos los Franciscanos.
San Antonio, Patrono de los objetos perdidos
San Antonio se convirtió en el santo patrono de los objetos perdidos de esta manera: Antonio tenía un libro de Salmos que usaba con el propósito de estudiar y enseñar, pero un novicio Franciscano robó el libro, apartándose de la comunidad en el proceso. Antonio oró para recuperar el libro perdido y, milagrosamente, el novicio devolvió el libro robado y se arrepintió de haber dejado la comunidad Franciscana.
Con frecuencia se representa a San Antonio sosteniendo al niño Jesús debido a esta anécdota: Una noche, Antonio estaba estudiando la Biblia, cuando el Niño Jesús se le acercó. Jesús tocó el rostro de San Antonio, un gesto de gran amor para el santo que predicaba con tanta elocuencia acerca de Cristo.
Santo y Doctor de la Iglesia
San Antonio tenía 36 años cuando murió. El Papa Gregorio IX lo canonizó un año después en Spoleto, Italia.
Fue declarado Doctor de la Iglesia el 16 de enero de 1946.