Novena a San Ignacio de Loyola
| Comienza la novena: | 22 de julio |
| Día festivo: | 31 de julio |
| Nacimiento: | 1491 |
| Muerte: | 1556 |
Puedes rezar la completa Novena a San Ignacio de Loyola debajo.
Día 1
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Acto de Contrición para todos los días
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para todos los días
Gloriosísimo Padre y Patriarca san Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús y Padre amantísimo: si es para mayor gloria de Dios, honor vuestro y provecho de mi alma que yo consiga la gracia que os pido en esta novena (menciona tu petición aquí…), alcanzadla del Señor; y si no, ordenad mi petición con todos mis pensamientos, palabras y obras a lo que fue siempre tu famoso lema: a mayor gloria de Dios.
Por una eterna salvación
Jesús mío dulcísimo, que nos revelaste los misterios sagrados de tu amor divino al dar a la Iglesia a San Ignacio, concédeme por su intercesión, lo que te pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, honor del Santo y bien de mi alma. Amén.
Oración final para todos los días
Oh Dios, que para propagar la mayor gloria de tu nombre, has fortalecido por medio de san Ignacio a la Iglesia militante con un nuevo auxilio: alcánzanos que con su ayuda y a imitación suya peleemos en la tierra hasta conseguir ser coronados con él en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Reza tres Padrenuestros y Avemarías.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Día 2
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Acto de Contrición para todos los días
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para todos los días
Gloriosísimo Padre y Patriarca san Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús y Padre amantísimo: si es para mayor gloria de Dios, honor vuestro y provecho de mi alma que yo consiga la gracia que os pido en esta novena (menciona tu petición aquí…), alcanzadla del Señor; y si no, ordenad mi petición con todos mis pensamientos, palabras y obras a lo que fue siempre tu famoso lema: a mayor gloria de Dios.
Por la esperanza
Señor mío Jesucristo, fortaleza de todos los que en Ti confían, que en tu santo Patriarca Ignacio escogiste un apóstol de esperanza para tu pueblo, te ruego por su mediación me concedas la gracia que busco en esta novena, si conviene a la mayor gloria de tu santo nombre. Amén.
Oración final para todos los días
Oh Dios, que para propagar la mayor gloria de tu nombre, has fortalecido por medio de san Ignacio a la Iglesia militante con un nuevo auxilio: alcánzanos que con su ayuda y a imitación suya peleemos en la tierra hasta conseguir ser coronados con él en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Reza tres Padrenuestros y Avemarías.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Día 3
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Acto de Contrición para todos los días
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para todos los días
Gloriosísimo Padre y Patriarca san Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús y Padre amantísimo: si es para mayor gloria de Dios, honor vuestro y provecho de mi alma que yo consiga la gracia que os pido en esta novena (menciona tu petición aquí…), alcanzadla del Señor; y si no, ordenad mi petición con todos mis pensamientos, palabras y obras a lo que fue siempre tu famoso lema: a mayor gloria de Dios.
Por el amor divino
Oh Jesús amabilísimo, fuente del amor divino, que encendiste en el corazón de San Ignacio un ardiente amor por Ti, te suplico que por su valioso patrocinio me otorgues la petición que te hago en esta novena, si es conforme a tu divina voluntad. Amén.
Oración final para todos los días
Oh Dios, que para propagar la mayor gloria de tu nombre, has fortalecido por medio de san Ignacio a la Iglesia militante con un nuevo auxilio: alcánzanos que con su ayuda y a imitación suya peleemos en la tierra hasta conseguir ser coronados con él en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Reza tres Padrenuestros y Avemarías.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Día 4
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Acto de Contrición para todos los días
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para todos los días
Gloriosísimo Padre y Patriarca san Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús y Padre amantísimo: si es para mayor gloria de Dios, honor vuestro y provecho de mi alma que yo consiga la gracia que os pido en esta novena (menciona tu petición aquí…), alcanzadla del Señor; y si no, ordenad mi petición con todos mis pensamientos, palabras y obras a lo que fue siempre tu famoso lema: a mayor gloria de Dios.
Por la caridad
Señor de infinita bondad, que adornaste a San Ignacio con el don eminente de la caridad para con el prójimo, te ruego humildemente que por su intercesión me concedas lo que te pido en esta novena, si es para tu mayor gloria y provecho de mi alma. Amén.
Oración final para todos los días
Oh Dios, que para propagar la mayor gloria de tu nombre, has fortalecido por medio de san Ignacio a la Iglesia militante con un nuevo auxilio: alcánzanos que con su ayuda y a imitación suya peleemos en la tierra hasta conseguir ser coronados con él en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Reza tres Padrenuestros y Avemarías.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Día 5
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Acto de Contrición para todos los días
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para todos los días
Gloriosísimo Padre y Patriarca san Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús y Padre amantísimo: si es para mayor gloria de Dios, honor vuestro y provecho de mi alma que yo consiga la gracia que os pido en esta novena (menciona tu petición aquí…), alcanzadla del Señor; y si no, ordenad mi petición con todos mis pensamientos, palabras y obras a lo que fue siempre tu famoso lema: a mayor gloria de Dios.
Por la paciencia
Oh Dios, fortaleza de los que sufren, que diste a San Ignacio una paciencia heroica en todas las tribulaciones de su vida, concédeme por su poderosa intercesión la gracia que solicito en esta novena, si conviene al bien de mi alma eterna. Amén.
Oración final para todos los días
Oh Dios, que para propagar la mayor gloria de tu nombre, has fortalecido por medio de san Ignacio a la Iglesia militante con un nuevo auxilio: alcánzanos que con su ayuda y a imitación suya peleemos en la tierra hasta conseguir ser coronados con él en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Reza tres Padrenuestros y Avemarías.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Día 6
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Acto de Contrición para todos los días
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para todos los días
Gloriosísimo Padre y Patriarca san Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús y Padre amantísimo: si es para mayor gloria de Dios, honor vuestro y provecho de mi alma que yo consiga la gracia que os pido en esta novena (menciona tu petición aquí…), alcanzadla del Señor; y si no, ordenad mi petición con todos mis pensamientos, palabras y obras a lo que fue siempre tu famoso lema: a mayor gloria de Dios.
Por la oración perfecta
Señor Jesús, maestro de oración, que en San Ignacio formaste un varón de perfecta oración contemplativa, te suplico que por su mediación me concedas lo que humildemente te pido en esta novena, si es para mayor gloria tuya y honor de tu Santo. Amén.
Oración final para todos los días
Oh Dios, que para propagar la mayor gloria de tu nombre, has fortalecido por medio de san Ignacio a la Iglesia militante con un nuevo auxilio: alcánzanos que con su ayuda y a imitación suya peleemos en la tierra hasta conseguir ser coronados con él en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Reza tres Padrenuestros y Avemarías.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Día 7
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Acto de Contrición para todos los días
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para todos los días
Gloriosísimo Padre y Patriarca san Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús y Padre amantísimo: si es para mayor gloria de Dios, honor vuestro y provecho de mi alma que yo consiga la gracia que os pido en esta novena (menciona tu petición aquí…), alcanzadla del Señor; y si no, ordenad mi petición con todos mis pensamientos, palabras y obras a lo que fue siempre tu famoso lema: a mayor gloria de Dios.
Por la mortificación
Dios Todopoderoso, que diste a San Ignacio la gracia de dominar sus pasiones con rigurosa mortificación, te ruego que por su intercesión me otorgues la petición que te hago en esta novena, si es conforme a tu santísima voluntad. Amén.
Oración final para todos los días
Oh Dios, que para propagar la mayor gloria de tu nombre, has fortalecido por medio de san Ignacio a la Iglesia militante con un nuevo auxilio: alcánzanos que con su ayuda y a imitación suya peleemos en la tierra hasta conseguir ser coronados con él en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Reza tres Padrenuestros y Avemarías.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Día 8
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Acto de Contrición para todos los días
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para todos los días
Gloriosísimo Padre y Patriarca san Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús y Padre amantísimo: si es para mayor gloria de Dios, honor vuestro y provecho de mi alma que yo consiga la gracia que os pido en esta novena (menciona tu petición aquí…), alcanzadla del Señor; y si no, ordenad mi petición con todos mis pensamientos, palabras y obras a lo que fue siempre tu famoso lema: a mayor gloria de Dios.
Por la obediencia
Oh Jesús obedientísimo hasta la muerte, que en San Ignacio nos diste un modelo perfecto de obediencia religiosa, concédeme por su intercesión la gracia que te pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
Oración final para todos los días
Oh Dios, que para propagar la mayor gloria de tu nombre, has fortalecido por medio de san Ignacio a la Iglesia militante con un nuevo auxilio: alcánzanos que con su ayuda y a imitación suya peleemos en la tierra hasta conseguir ser coronados con él en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Reza tres Padrenuestros y Avemarías.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Día 9
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Acto de Contrición para todos los días
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para todos los días
Gloriosísimo Padre y Patriarca san Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús y Padre amantísimo: si es para mayor gloria de Dios, honor vuestro y provecho de mi alma que yo consiga la gracia que os pido en esta novena (menciona tu petición aquí…), alcanzadla del Señor; y si no, ordenad mi petición con todos mis pensamientos, palabras y obras a lo que fue siempre tu famoso lema: a mayor gloria de Dios.
Por la devoción a María Santísima
Madre amantísima María, que fuiste tiernamente amada por San Ignacio, te suplico que por tu poderosa intercesión y la de tu fiel siervo Ignacio, alcances de tu divino Hijo la gracia que solicito en esta novena, si es para gloria de la Santísima Trinidad y salvación de mi alma. Amén.
Oración final para todos los días
Oh Dios, que para propagar la mayor gloria de tu nombre, has fortalecido por medio de san Ignacio a la Iglesia militante con un nuevo auxilio: alcánzanos que con su ayuda y a imitación suya peleemos en la tierra hasta conseguir ser coronados con él en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Reza tres Padrenuestros y Avemarías.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
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Acerca de San Ignacio de Loyola
San Ignacio de Loyola es uno de los santos más influyentes de la historia de la Iglesia Católica. Fundador de la Compañía de Jesús (Jesuitas), autor de los Ejercicios Espirituales, y modelo de conversión radical, su vida y obra han transformado innumerables almas y han dado forma a la espiritualidad católica moderna.
Del Soldado al Santo (1491-1521)
Juventud Mundana
Íñigo López de Loyola nació en 1491 en el castillo de Loyola, en el País Vasco español. Era el menor de trece hermanos de una familia noble. Desde joven mostró un temperamento apasionado, ambicioso y vanidoso.
A los 15 años fue enviado como paje a la corte del tesorero real en Castilla, donde se educó en las costumbres cortesanas y las artes de la caballería. Soñaba con la gloria militar y las hazañas heroicas.
Ignacio era dado a la vanidad personal, especialmente en lo que respectaba a su cabello y apariencia. También era aficionado a los juegos de azar y a las aventuras amorosas, viviendo la vida típica de un joven noble de su época.
La Herida que Cambió su Vida
En mayo de 1521, a los 30 años, Ignacio participaba en la defensa de Pamplona contra el ejército francés. Durante el asalto, una bala de cañón le destrozó la pierna derecha y le hirió la izquierda.
Los franceses, admirados por su valor, lo trataron con respeto y lo llevaron a Loyola. Allí sufrió múltiples cirugías dolorosas. Los huesos se habían soldado mal, dejando un bulto antiestético. Ignacio, por pura vanidad, insistió en que se los rompieran y volvieran a colocar correctamente, soportando tormentos espantosos sin anestesia.
Durante su larga convalecencia, pidió libros de caballería para entretenerse, pero en el castillo solo había dos: una Vida de Cristo y un libro sobre las vidas de los santos.
La Conversión
Al leer estos libros, Ignacio comenzó a experimentar dos tipos de pensamientos: algunos sobre hazañas mundanas y conquistas amorosas, otros sobre imitar las penitencias de los santos.
Descubrió algo fundamental: los pensamientos mundanos le daban placer momentáneo pero dejaban su alma vacía y triste; los pensamientos sobre servir a Dios le llenaban de paz y alegría duradera.
Este discernimiento de espíritus se convirtió en la base de su futura espiritualidad. Ignacio decidió: “Si San Francisco y Santo Domingo hicieron esto, yo también lo haré.”
El Peregrino de Dios (1522-1524)
Montserrat y Manresa
En marzo de 1522, apenas recuperado, Ignacio se dirigió al santuario de Montserrat. Allí hizo una confesión general de toda su vida pasada, colgó su espada y armadura ante la imagen de la Virgen María, y se vistió con ropas de peregrino.
Se retiró a Manresa, donde permaneció casi un año en oración, penitencia y contemplación. Vivió en una cueva, mendigaba su comida, dejó crecer su cabello y uñas (que antes cuidaba con tanto esmero), ayunaba rigurosamente y se flagelaba.
En Manresa experimentó profundas iluminaciones místicas. Junto al río Cardoner tuvo una visión que le dio tal claridad sobre los misterios de la fe que dijo: “Si reuniera todas las ayudas que he recibido de Dios y todo lo que he aprendido, y lo pusiera todo junto, no creo que llegaría a tanto como lo que recibí en aquella sola ocasión.”
Durante este tiempo comenzó a escribir sus famosos Ejercicios Espirituales, un manual sistemático para el discernimiento y la conversión espiritual que se convertiría en uno de los textos más influyentes de la espiritualidad cristiana.
Peregrinación a Tierra Santa
En 1523, Ignacio peregrinó a Jerusalén, deseando quedarse allí permanentemente para trabajar por la conversión de los musulmanes. Sin embargo, los franciscanos que custodiaban los Lugares Santos, temiendo por su seguridad, le ordenaron regresar a Europa.
Años de Estudio (1524-1535)
El Estudiante Maduro
A los 33 años, Ignacio comprendió que necesitaba educación para servir mejor a Dios y a las almas. Comenzó a estudiar latín con niños en Barcelona, soportando la humillación con paciencia.
Estudió en Alcalá y Salamanca, donde su fervor religioso y su práctica de dar ejercicios espirituales le atrajeron la atención de la Inquisición. Fue investigado y brevemente encarcelado, aunque siempre fue absuelto.
París y los Primeros Compañeros
En 1528 se trasladó a París, donde estudió en la Universidad de la Sorbona. Allí obtuvo el grado de Maestro en Artes en 1534.
En París reunió a un grupo de compañeros que compartían su visión: Francisco Javier, Pedro Fabro, Diego Laínez, Alfonso Salmerón, Nicolás Bobadilla y Simón Rodríguez.
El 15 de agosto de 1534, en la capilla de Montmartre, estos siete hombres hicieron votos de pobreza, castidad, y de ir a Tierra Santa para trabajar por la conversión de los infieles. Si no podían ir a Jerusalén, se pondrían a disposición del Papa.
Fundación de la Compañía de Jesús (1537-1540)
Ordenación y Nueva Dirección
Ignacio fue ordenado sacerdote en Venecia en 1537. El grupo intentó ir a Tierra Santa, pero la guerra entre Venecia y el Imperio Otomano lo hizo imposible.
Decidieron entonces ir a Roma y ponerse al servicio del Papa. En el camino, en La Storta, Ignacio tuvo una visión mística en la que Dios Padre le dijo: “Yo os seré propicio en Roma”, y le mostró a Jesús cargando la cruz, quien le dijo: “Yo quiero que tú nos sirvas.”
Aprobación Papal
En Roma, el grupo comenzó a trabajar en diversas obras de caridad: enseñando catecismo, predicando, asistiendo a enfermos y reconciliando enemistades.
El Papa Paulo III quedó impresionado por su celo y competencia. El 27 de septiembre de 1540, aprobó oficialmente la Compañía de Jesús mediante la bula “Regimini militantis Ecclesiae”.
Ignacio fue elegido primer Superior General en 1541, cargo que ocupó hasta su muerte.
Características de la Compañía de Jesús
Ignacio diseñó la Compañía con características únicas:
1. El Cuarto Voto
Además de los tres votos tradicionales (pobreza, castidad, obediencia), los jesuitas profesos hacen un cuarto voto de obediencia especial al Papa en lo referente a las misiones. Esto los convirtió en una orden verdaderamente “móvil” y universal.
2. No Oficio Coral
A diferencia de otras órdenes, los jesuitas no estaban obligados a recitar el Oficio Divino en común, permitiéndoles más flexibilidad para el apostolado activo.
3. Organización Militar
Ignacio organizó la Compañía con disciplina casi militar, con provincias, superiores regionales, y un gobierno centralizado. De ahí el nombre “soldados de Cristo”.
4. Énfasis en la Educación
Los jesuitas se dedicaron intensamente a la educación, fundando colegios y universidades por todo el mundo. Entendieron que formar las mentes jóvenes era formar el futuro de la Iglesia.
5. Misiones Extranjeras
Los jesuitas fueron pioneros en las misiones extranjeras, llevando el Evangelio a India, Japón, China, América y África.
Los Ejercicios Espirituales
La obra maestra de Ignacio es su libro de Ejercicios Espirituales, escrito principalmente durante su estancia en Manresa.
Estructura
Los Ejercicios están diseñados para un retiro de 30 días dividido en cuatro semanas:
- Primera Semana: Purificación - meditación sobre el pecado y la misericordia de Dios
- Segunda Semana: Iluminación - contemplación de la vida de Cristo hasta el Domingo de Ramos
- Tercera Semana: Unión - meditación sobre la Pasión de Cristo
- Cuarta Semana: Confirmación - contemplación de la Resurrección y Ascensión
Principios Fundamentales
Principio y Fundamento: “El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su alma.”
Indiferencia Ignaciana: Buscar ser indiferente (no apegado) a todas las cosas creadas, deseando solo lo que más conduce al fin para el que fuimos creados.
Discernimiento de Espíritus: Reglas para distinguir entre las mociones del buen espíritu y del mal espíritu.
Elección: Método para tomar decisiones importantes según la voluntad de Dios.
Superior General en Roma (1541-1556)
Durante los últimos quince años de su vida, Ignacio dirigió la Compañía desde Roma. Aunque aquejado de múltiples enfermedades (problemas estomacales crónicos, cálculos renales, artritis), trabajaba incansablemente.
Administración
Escribió miles de cartas dirigiendo la Compañía, que crecía rápidamente. Cuando murió, había casi 1,000 jesuitas en todo el mundo.
Redactó las Constituciones de la Compañía, un documento detallado que gobernaba todos los aspectos de la vida jesuita.
Obras en Roma
Fundó:
- El Colegio Romano (ahora Universidad Gregoriana), que se convirtió en modelo para todas las instituciones educativas jesuitas
- La Casa de Santa Marta, refugio para prostitutas arrepentidas
- El Orfanato de San Roque
- Numerosas obras de caridad para los pobres de Roma
Dirección Espiritual
Ignacio dirigía espiritualmente a personas de todas las clases sociales, desde cardenales hasta mendigos. Su fama de santidad se extendió por toda Roma.
Muerte y Canonización
El 30 de julio de 1556, Ignacio se sintió particularmente mal pero no quiso llamar a un médico. Al día siguiente, 31 de julio, murió tranquilamente a los 65 años.
Su cuerpo fue enterrado en la Iglesia del Gesù en Roma, que se convirtió en la iglesia madre de los jesuitas.
- 1609: Beatificado por Paulo V
- 1622: Canonizado por Gregorio XV (junto con San Francisco Javier, Santa Teresa de Ávila, San Isidro Labrador y San Felipe Neri)
- 1922: Pío XI lo proclamó patrono de los Ejercicios Espirituales
Legado y Espiritualidad Ignaciana
“Ad Maiorem Dei Gloriam”
El lema de San Ignacio y de la Compañía de Jesús es “AMDG” - Ad Maiorem Dei Gloriam (Para la mayor gloria de Dios). Este principio impregnaba cada acción, desde la más sublime hasta la más mundana.
Encontrar a Dios en Todas las Cosas
Ignacio enseñó que Dios puede ser encontrado en todas las experiencias de la vida, no solo en la oración formal. Esta espiritualidad “contemplativa en la acción” revolucionó la vida religiosa.
El Examen
Ignacio recomendaba el “examen de conciencia” diario, un ejercicio de revisión del día para reconocer las mociones de Dios y responder a ellas.
Magis - El Más
El principio del “magis” (más) impulsa a buscar siempre lo que más conduce a Dios, lo más perfecto, lo más generoso.
La Compañía de Jesús Hoy
La Compañía de Jesús es hoy la orden religiosa masculina más grande de la Iglesia Católica, con aproximadamente 16,000 miembros en todo el mundo.
Los jesuitas dirigen:
- Más de 500 universidades y colegios
- Centros de investigación teológica y científica
- Misiones en todo el mundo
- Obras de justicia social
En 2013, el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, SJ, fue elegido Papa, tomando el nombre de Francisco. Es el primer jesuita y el primer papa del Nuevo Mundo.
Patronatos
San Ignacio es patrono de:
- Los soldados y militares
- Los educadores y estudiantes
- La Compañía de Jesús
- Los retiros espirituales
- El País Vasco
Conclusión
San Ignacio de Loyola pasó de ser un soldado vanidoso a un santo humilde, de buscar la gloria mundana a buscar solo la gloria de Dios. Su conversión demuestra que nunca es tarde para cambiar, y que Dios puede usar incluso nuestras heridas y fracasos para sus propósitos más elevados.
Su vida nos enseña:
- El valor del discernimiento espiritual
- La importancia de encontrar a Dios en todas las cosas
- El poder de la educación y la formación
- El ideal del servicio generoso sin esperar recompensa
- El lema: “Para la mayor gloria de Dios”
¡San Ignacio de Loyola, ruega por nosotros!