Novena a Santa Teresa de Ávila

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Hechos sobre Novena a Santa Teresa de Ávila
Comienza la novena:6 de octubre
Día festivo:15 de octubre
Nacimiento:28 de marzo de 1515
Muerte:4 de octubre de 1582
Santo patrón de personas con dolores de cabeza, escritores católicos españoles, España, personas enfermas, personas en órdenes religiosas, personas ridiculizadas por su piedad, encajeras
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Puedes rezar la completa Novena a Santa Teresa de Ávila debajo.

Día 1

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración de Introducción

¡Oh! dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tenéis rendido a vuestros pies para manifestaros que os amo sobre todas las cosas y con el pesar de haberos ofendido, y os suplico de todo corazón me perdonéis mis culpas y pecados; os suplico también pidáis a vuestra queridísima Madre, María Santísima, me conceda la gracia para asistir a esta Novena en honra de vuestra seráfica y predilecta hija Santa Teresa (mencione su petición aquí…). Amén.

Oración Diaria

¡Oh! Amada en Jesucristo y de su querida Madre. ¡Gloriosísima Santa Teresa de Jesús!, inspirada por Dios para reformar la Sagrada orden del Carmen, fuisteis espejo de castidad y pureza abrasada en el amor de Dios, ¿por qué no me habéis de conseguir la gracia de imitaros hasta la muerte?

Aquí me tenéis postrado a vuestras divinas plantas deseando obréis en mí esa celestial sabiduría que os hizo predilecta para Jesucristo y su divina Madre, María Santísima. Yo os dedico esta novena para honra y gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

Oración Final

Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad.

Día 2

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración de Introducción

¡Oh! dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tenéis rendido a vuestros pies para manifestaros que os amo sobre todas las cosas y con el pesar de haberos ofendido, y os suplico de todo corazón me perdonéis mis culpas y pecados; os suplico también pidáis a vuestra queridísima Madre, María Santísima, me conceda la gracia para asistir a esta Novena en honra de vuestra seráfica y predilecta hija Santa Teresa (mencione su petición aquí…). Amén.

Oración Diaria

Aquí me tenéis ¡oh Dios mío! a mí, vil gusanillo de la tierra, ciego por el camino de la perdición, que no teniendo en cuenta lo que padecisteis por toda las criaturas, sufriendo vuestra sacratísima pasión y muerte por todos los pecadores, dadme, Señor, esa luz divina que me inspire en vuestra bondad y misericordia infinita, para que sea digno de alcanzar la bienaventuranza, como la alcanzó la seráfica y gloriosa virgen Santa Teresa de Jesús. Amén.

Oración Final

Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad.

Día 3

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración de Introducción

¡Oh! dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tenéis rendido a vuestros pies para manifestaros que os amo sobre todas las cosas y con el pesar de haberos ofendido, y os suplico de todo corazón me perdonéis mis culpas y pecados; os suplico también pidáis a vuestra queridísima Madre, María Santísima, me conceda la gracia para asistir a esta Novena en honra de vuestra seráfica y predilecta hija Santa Teresa (mencione su petición aquí…). Amén.

Oración Diaria

¡Oh! mi buen Jesús, Dios y Señor de todo lo criado; yo os adoro y os amo de todo corazón con arrepentimiento sincero de todas mis culpas y pecados. ¿Por qué mi Dios y Señor, no habéis de abrasar mi corazón como a vuestra amada esposa Santa Teresa de Jesús? Comunicadme, Señor, esa llama celestial que limpie mi alma de toda culpa, para que sea digno de alcanzar la gloria que tanto deseo. Amén.

Oración Final

Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad.

Día 4

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración de Introducción

¡Oh! dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tenéis rendido a vuestros pies para manifestaros que os amo sobre todas las cosas y con el pesar de haberos ofendido, y os suplico de todo corazón me perdonéis mis culpas y pecados; os suplico también pidáis a vuestra queridísima Madre, María Santísima, me conceda la gracia para asistir a esta Novena en honra de vuestra seráfica y predilecta hija Santa Teresa (mencione su petición aquí…). Amén.

Oración Diaria

Te saludo resplandeciente lirio de la hermosura y sosegada primavera, Virgen Sagrada, divina esposa de Jesucristo que merecisteis los dones celestiales y la predilección de María Santísima dando al mundo ejemplos de virtud y de ternura, por lo que merecisteis ser colmada de los dones celestiales.

Te suplico ¡oh Santa Teresa de Jesús! me comuniquéis la gracia del Eterno que vos merecisteis para ser admitida en el seno de los cielos, para tener la dicha de acompañaros en la mansión de los justos. Amén.

Oración Final

Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad.

Día 5

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración de Introducción

¡Oh! dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tenéis rendido a vuestros pies para manifestaros que os amo sobre todas las cosas y con el pesar de haberos ofendido, y os suplico de todo corazón me perdonéis mis culpas y pecados; os suplico también pidáis a vuestra queridísima Madre, María Santísima, me conceda la gracia para asistir a esta Novena en honra de vuestra seráfica y predilecta hija Santa Teresa (mencione su petición aquí…). Amén.

Oración Diaria

¡Oh! mi amada Santa Teresa de Jesús; yo os escojo como ayuda piadosa, Madre de mi flaqueza, de mis atenciones y necesidades; yo me entrego en vuestros brazos, lleno de arrepentimiento de todos mis pecados, para que me cubráis con vuestro hábito seráfico como a hijo vuestro, para que me consoléis con vuestra gracia pidiendo a vuestro Esposo, Jesucristo, y a su purísima Madre por este mortal que desea de todo corazón participar de la gloria reservada a las almas justas. Amén.

Oración Final

Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad.

Día 6

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración de Introducción

¡Oh! dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tenéis rendido a vuestros pies para manifestaros que os amo sobre todas las cosas y con el pesar de haberos ofendido, y os suplico de todo corazón me perdonéis mis culpas y pecados; os suplico también pidáis a vuestra queridísima Madre, María Santísima, me conceda la gracia para asistir a esta Novena en honra de vuestra seráfica y predilecta hija Santa Teresa (mencione su petición aquí…). Amén.

Oración Diaria

Divina Santa Teresa de Jesús; aquí me tenéis sumisa y arrepentida de todos mis pecados, pidiéndoos la protección de Jesús y de su divina Madre, María Santísima, para que por su intercesión me concedáis tres cosas: la primera, que tengáis misericordia de mí por mis muchos pecados cometidos; segunda, gracia para serviros cumpliendo los Mandamientos de Dios y no caer en pecado mortal, y la tercera, que me socorráis en el trance crítico de la muerte para morir en vuestra santa gracia, que rogaréis por mí os pido a Nuestro Señor Jesucristo y a la Santísima Virgen María. Amén.

Oración Final

Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad.

Día 7

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración de Introducción

¡Oh! dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tenéis rendido a vuestros pies para manifestaros que os amo sobre todas las cosas y con el pesar de haberos ofendido, y os suplico de todo corazón me perdonéis mis culpas y pecados; os suplico también pidáis a vuestra queridísima Madre, María Santísima, me conceda la gracia para asistir a esta Novena en honra de vuestra seráfica y predilecta hija Santa Teresa (mencione su petición aquí…). Amén.

Oración Diaria

¡Oh Dios misericordioso y clemente! cuyo espíritu de bondad manifestáis a los mortales cuanto más pecadores se os manifiestan. Sois, pues, pastor de las ovejas descarriadas que con vuestra infinita bondad y misericordia las dirigís al redil de la bienaventuranza.

Os pido, mi buen Jesús, infiltréis en mi ese espíritu divino para que yo me arrepienta de todos los pecados cometidos durante mi vida; sea yo tan feliz mereciendo la gracia que prodigasteis a Santa Teresa de Jesús, haciéndola esposa vuestra y que merezca los dones que recibió de vuestra querida Madre para alabaros, bendeciros y gozaros en la gloria por siempre jamás. Amén.

Oración Final

Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad.

Día 8

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración de Introducción

¡Oh! dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tenéis rendido a vuestros pies para manifestaros que os amo sobre todas las cosas y con el pesar de haberos ofendido, y os suplico de todo corazón me perdonéis mis culpas y pecados; os suplico también pidáis a vuestra queridísima Madre, María Santísima, me conceda la gracia para asistir a esta Novena en honra de vuestra seráfica y predilecta hija Santa Teresa (mencione su petición aquí…). Amén.

Oración Diaria

Señor mío Jesucristo: yo os adoro y os amo de todo corazón y quisiera participar de los dolores de vuestra Pasión y muerte que sufristeis por nosotros los pecadores: pase por mí también el amargo cáliz de tantos padecimientos, ya que marchasteis al sacrificio de vuestra pasión y muerte, lleve yo esa cruz al calvario de mis culpas como os dignasteis favorecer a Santa Teresa de Jesús, para que mi alma quede purificada y pueda alcanzar la gloria que tenéis reservada a los que os sirven. Amen.

Oración Final

Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad.

Día 9

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración de Introducción

¡Oh! dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tenéis rendido a vuestros pies para manifestaros que os amo sobre todas las cosas y con el pesar de haberos ofendido, y os suplico de todo corazón me perdonéis mis culpas y pecados; os suplico también pidáis a vuestra queridísima Madre, María Santísima, me conceda la gracia para asistir a esta Novena en honra de vuestra seráfica y predilecta hija Santa Teresa (mencione su petición aquí…). Amén.

Oración Diaria

Dios y Señor de todo lo criado: ¡cuán grata es a vuestra divinísima misericordia la muerte de los que abandonan en gracia esta miserable vida y van a ser partícipes de la eterna bienaventuranza! concededme, Señor, a mí esa virtud con que favorecisteis a Santa Teresa de Jesús por sus muchas virtudes dándola una muerte feliz, cuya alma voló al cielo en forma de blanca paloma donde la esperaban gozosos para celebrar su triunfo millares de coros de vírgenes, ángeles, arcángeles y serafines.

Te suplico, oh Santa Teresa de Jesús, que pidáis por mi a vuestro esposo, Nuestro Señor Jesucristo y a su bendita Madre, María Santísima, me conceda una buena muerte y que vaya después a gozar la eterna gloria. Amén.

Oración Final

Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad.

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Acerca de Santa Teresa de Ávila

Santa Teresa de Jesús, también conocida como Santa Teresa de Ávila, es una de las figuras más extraordinarias de la historia de la Iglesia Católica. Reformadora carmelita, mística, Doctora de la Iglesia y escritora prolífica, su vida y obra continúan inspirando a millones de personas en todo el mundo.

Primeros Años (1515-1535)

Nacimiento y Familia

Teresa de Cepeda y Ahumada nació el 28 de marzo de 1515 en Ávila, España, en el seno de una familia noble y devota. Era la tercera de doce hermanos. Su padre, Alonso Sánchez de Cepeda, era un hombre de profunda fe, y su madre, Beatriz de Ahumada, murió cuando Teresa tenía solo catorce años.

Desde pequeña, Teresa mostró un temperamento apasionado. A los siete años, convenció a su hermano Rodrigo para que huyera con ella al territorio musulmán, con la esperanza de ser martirizados. Su tío los encontró en las afueras de la ciudad y los llevó de regreso a casa.

Juventud y Crisis Vocacional

Tras la muerte de su madre, Teresa se volvió más mundana, disfrutando de la lectura de novelas de caballerías (que más tarde consideraría una pérdida de tiempo) y prestando atención a su apariencia. Su padre, preocupado, la envió a un convento de agustinas para su educación.

Durante esta época, Teresa experimentó una crisis vocacional. No sentía una llamada clara a la vida religiosa, pero tampoco deseaba casarse. Después de mucha oración y deliberación, decidió entrar en el Convento de la Encarnación de las Carmelitas Calzadas en Ávila.

Vida en el Convento de la Encarnación (1535-1562)

Entrada al Carmelo

Teresa ingresó al Convento de la Encarnación en 1535, a los veinte años, contra la voluntad de su padre. Un año después hizo su profesión religiosa.

El convento era grande y relativamente laxo en su observancia. Las monjas podían recibir visitas frecuentes, poseer propiedades personales y salir del convento. Aunque no era un ambiente de pecado grave, tampoco promovía la perfección espiritual.

Enfermedad Grave

Poco después de su profesión, Teresa cayó gravemente enferma. Su condición se deterioró tanto que estuvo en coma durante cuatro días y la dieron por muerta. Cuando despertó, estaba paralizada y tardaría tres años en recuperarse parcialmente. Esta enfermedad marcó profundamente su vida espiritual.

Años de Tibieza

Durante casi veinte años, Teresa vivió lo que ella misma llamó “años de tibieza espiritual”. Aunque rezaba, su oración era distraída y poco profunda. Las numerosas visitas y conversaciones sociales en el convento la distraían de Dios.

Conversión Definitiva

A los cuarenta años, Teresa experimentó su conversión definitiva. Dos eventos fueron cruciales:

  1. La Imagen de Cristo Herido: Al ver una imagen de Cristo flagelado, Teresa se sintió profundamente conmovida y cayó de rodillas, llorando, prometiendo no ofender más a Dios.

  2. Las Confesiones de San Agustín: Leyendo este libro, Teresa se identificó profundamente con la conversión de Agustín y sintió un llamado similar a entregarse totalmente a Dios.

Desde ese momento, su vida de oración se profundizó enormemente.

Las Experiencias Místicas

Los Grados de Oración

Teresa es famosa por su descripción sistemática de los grados de oración mental. En su obra maestra “Las Moradas” (o “Castillo Interior”), describe el alma como un castillo con siete moradas, donde Dios habita en el centro.

Las etapas incluyen:

  1. Oración Vocal y Meditación
  2. Oración de Recogimiento
  3. Oración de Quietud
  4. Oración de Unión
  5. Éxtasis y Arrobamiento
  6. Esponsales Espirituales
  7. Matrimonio Espiritual

La Transverberación

Uno de los eventos místicos más famosos de Teresa fue la transverberación o “traspaso” de su corazón. Teresa describió cómo un ángel apareció con una lanza de oro con fuego en la punta, que le atravesó el corazón repetidamente, dejándola “toda abrasada en amor grande de Dios”.

Este evento fue inmortalizado por Bernini en su famosa escultura “El Éxtasis de Santa Teresa” en Roma.

Visiones y Locuciones

Teresa experimentó numerosas visiones y locuciones interiores. Vio a Cristo en varias ocasiones, a la Santísima Virgen, a san José y a otros santos. También experimentó visiones del infierno, que la impulsaron a trabajar por la salvación de las almas.

Siempre humilde, Teresa sometió estas experiencias al juicio de confesores y directores espirituales sabios.

La Reforma Carmelita (1562-1582)

La Visión de la Reforma

Teresa sintió un llamado claro a reformar la Orden Carmelita, volviéndola a su observancia primitiva más estricta. Quería establecer conventos pequeños donde las monjas vivieran en pobreza absoluta, clausura estricta y oración contemplativa profunda.

El Primer Convento: San José de Ávila

En 1562, con el apoyo del obispo local y a pesar de la feroz oposición de las autoridades civiles y de algunos religiosos, Teresa fundó su primer convento reformado: San José de Ávila.

Las monjas carmelitas descalzas (llamadas así porque usaban sandalias en lugar de zapatos) vivían en pobreza radical, sin rentas ni posesiones, confiando totalmente en la Providencia divina. El convento solo podía tener un máximo de trece monjas (además de la priora), promoviendo así una verdadera vida de familia y oración.

Expansión de la Reforma

Durante los siguientes veinte años de su vida, Teresa fundó dieciséis conventos más de carmelitas descalzas en toda España. Viajó incansablemente, a menudo en condiciones extremadamente difíciles, por caminos peligrosos, con frío o calor extremos, y frecuentemente enferma.

Sus viajes están documentados en su “Libro de las Fundaciones”, una crónica fascinante de aventuras, milagros, obstáculos y triunfos.

Colaboración con San Juan de la Cruz

Teresa conoció a un joven fraile carmelita, Juan de Yepes (futuro San Juan de la Cruz), y lo reclutó para su reforma. Juan se convirtió en el primer carmelita descalzo masculino, fundando la rama masculina de la reforma.

La amistad espiritual entre Teresa y Juan fue una de las más fecundas de la historia de la espiritualidad cristiana. Ambos son ahora Doctores de la Iglesia.

Santa Teresa como Escritora

Obras Principales

A pesar de sus numerosas responsabilidades como fundadora, Teresa encontró tiempo para escribir obras que son consideradas clásicos de la literatura mística y de la lengua castellana:

  1. El Libro de la Vida (Autobiografía) - La historia de su vida hasta los cincuenta años, incluyendo sus experiencias místicas.

  2. Camino de Perfección - Una guía práctica de vida espiritual escrita para sus monjas, con un famoso comentario sobre el Padre Nuestro.

  3. Las Moradas (Castillo Interior) - Su obra maestra sobre los grados de oración y la vida mística.

  4. Libro de las Fundaciones - La crónica de sus fundaciones conventuales.

  5. Conceptos del Amor de Dios - Meditaciones sobre el Cantar de los Cantares.

  6. Poesías - Hermosos poemas místicos, incluyendo el famoso “Vivo sin vivir en mí”.

Estilo Literario

Teresa escribía con un estilo directo, coloquial y lleno de humor. A menudo se disculpaba por su “tosco estilo”, pero su escritura es extraordinariamente vívida y accesible. Usa metáforas brillantes (el castillo, el gusano de seda, el juego de ajedrez) para explicar realidades espirituales complejas.

Dificultades y Persecuciones

Oposición a la Reforma

La reforma de Teresa enfrentó oposición feroz:

  • Los carmelitas calzados (no reformados) la veían como una amenaza
  • Algunos eclesiásticos cuestionaban sus experiencias místicas
  • Las autoridades civiles temían el establecimiento de más conventos sin rentas

En 1575-1576, la situación se volvió tan grave que la Inquisición examinó sus escritos y su reforma estuvo al borde del colapso.

Defensa y Vindicación

Gracias al apoyo de teólogos sabios como Pedro Ibáñez y confesores como san Pedro de Alcántara, Teresa fue vindicada. En 1580, la Santa Sede aprobó oficialmente su reforma, estableciendo una provincia separada para los carmelitas descalzos.

Últimos Años y Muerte

Incansable hasta el Final

A pesar de su salud frágil (sufría de malaria, problemas cardíacos y otras dolencias), Teresa continuó viajando y fundando conventos hasta el final de su vida.

Su última fundación fue en Burgos en 1582, completada a pesar de dificultades casi insuperables.

Muerte Santa

Mientras regresaba de Burgos, Teresa se detuvo en Alba de Tormes, donde murió el 4 de octubre de 1582, a los sesenta y siete años.

Sus últimas palabras fueron: “Señor, soy hija de la Iglesia.”

Debido al cambio del calendario juliano al gregoriano, el día siguiente fue el 15 de octubre, que se convirtió en su fiesta litúrgica.

Milagros Después de su Muerte

Inmediatamente después de su muerte, se reportaron numerosos milagros. Su cuerpo permaneció incorrupto, exudando un aceite fragante. Hoy sus reliquias se veneran en Alba de Tormes.

Canonización y Doctorado

  • 1614: Beatificada por Pablo V
  • 1622: Canonizada por Gregorio XV (junto con San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri)
  • 1970: Proclamada Doctora de la Iglesia por Pablo VI, convirtiéndose en la primera mujer en recibir este título (junto con Santa Catalina de Siena)

Legado y Espiritualidad Teresiana

Características de su Espiritualidad

  1. Humanidad de Cristo - Teresa siempre insistió en la importancia de meditar en la humanidad de Cristo, nunca abandonándola incluso en los grados más altos de oración.

  2. Determinación Determinada - Su famoso lema: “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: Sólo Dios basta.”

  3. Oración y Acción - Teresa combinó una profunda vida contemplativa con una actividad apostólica incansable. Decía: “Marta y María han de andar juntas.”

  4. Sentido Común - A pesar de sus experiencias místicas extraordinarias, Teresa tenía los pies en la tierra. Decía: “Teresa y tres ducados no son nada, pero Dios, Teresa y tres ducados lo son todo.”

  5. Humildad y Humor - Teresa se reía de sí misma y de sus limitaciones. Cuando su carro volcó en el barro, dijo a Dios: “Si así tratas a tus amigos, no es de extrañar que tengas tan pocos.”

La Orden Carmelita Descalza Hoy

La reforma de Teresa sobrevivió y floreció. Hoy los Carmelitas Descalzos (OCD) tienen miles de monjas y frailes en todo el mundo, sirviendo a la Iglesia a través de la oración contemplativa, la predicación y el ministerio espiritual.

Patronatos

Santa Teresa es patrona de:

  • España (co-patrona con Santiago Apóstol)
  • Escritores católicos españoles
  • Personas con dolores de cabeza (debido a sus propios sufrimientos)
  • Personas enfermas
  • Encajeras
  • Personas ridiculizadas por su piedad

Conclusión

Santa Teresa de Ávila permanece como un faro luminoso de santidad, sabiduría y valentía. Su vida demuestra que la santidad no es incompatible con el sentido común, el humor y la acción eficaz en el mundo.

Su mensaje sigue siendo urgente: Dios habita en el centro de nuestra alma, y podemos encontrarlo a través de la oración fiel y el amor generoso.

Como ella misma escribió: “Solo Dios basta.”

¡Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros!